Nada de poesía para vos
Nada!
-Por qué?
Porque no tomaste la sopa.
No comiste las verduras.
-Yo no
quise…
Vos te lo ganaste RunrunRún
Ahora, nada de poesía para vos.
¡Ahí tenéis!
-Pero ¡mira
el día!
-Es uno de
esos en los que si quisiéramos podríamos escribir en el aire
-Bailar
hasta dormir
-Acobijarnos
en los rincones más soleados y beber una refrescante siesta.
-Pescar la
poesía de la laguna
-Volver al
pasado sólo a buscar mostaza para el sándwich.
-Ver los
claros en el cielo
-Molestar a
una hormiga
-¡Crear un
hormiguero!
Ah RunrunRún!
¡Que día!
Y vos que no tomaste la sopa
¡No comiste las verduras que yo te preparé con amor!
¡RunrunRún!
¿Dónde te has ido?
¡Vuelve a casa!
¡¡RunrunruuUuun!!
¡¡RunrunruUuuuUuuuUun!!
RunrunRún se fue un día en parapente como el humo a
vivir a la montaña, a tomar sopa y comer verduras sólo cuando se le daba la
gana. -Claro, qué es eso de andar comiendo cuando te dicen, te ordenan.
Mierda-. A respirar la poesía del día, la noche y la gente.
Runrunrún habitó la poesía, lloró con los gatos, cantó
con los grillos, caminó con los perros y nadó con la luna en la laguna donde pescaba
la poesía que con sus manos descamaba, cocinaba en fuego y comía todos los
días.