miércoles, 15 de octubre de 2014

...Y recoge hasta que el tiempo y los tiempos
acaben las plateadas manzanas de la luna,
las doradas manzanas del sol.
W. B. Yeats
vinculo 
Me tire del tren

Con el perdón de la palabra

En un viaje

El diente y la nuez

Los mosquitos

Mucho dulce de leche, no quiero.
Cementa

Dormir de a dos

Semilla del sol

Para aguas

-Salud-
 (que chico educado)

Tomate el palo

El sabandija y la plaga

La vaga y el vagabundo

Cuatro estaciones en un segundo

Tu risa 

Tirar la cadena

Me dormí bajo un árbol y amanecí sobre un barco

Preguntale a don horizonte

Se busca

Un turno hasta para coger

Mañana ya fue

Barba               Qué miras cuando miras para ahí
                                                                                                      Des-nuda

Loca hambre                       loca       muy    loca y desnuda hambre.
Poesía 
Poesía
Poesía
Para vos para mí para vos niña 
Que sabes tirar para arriba cuando todo se vuelve un poco plomazo
Para vos para mí para vos muchacho
Que aunque cansado de tanta gilada no dejas que se vaya todo al carajo.
Poesía
Poesía
Poesía
Para vos para mí para vos abuelita de polleras flasheras y ojos pintados de un violeta que me gusta como al paso, al paso de alguna lagrimita.
Para vos para mí para vos Alberto forrajero que todavía te sientas /sientes/en la vereda y dejas la puerta abierta para que merienden los gorriones en tu cocina de olor a avena.
Poesía
Poesía
Poesía
Dale más piola que llega hasta el sol
Poesía Jaime Poesía
¿Sino que? 
Para vos que sabes distinguir una cámara de una cubierta sacar el estein de la horquilla afinar la guitarra con el tono del teléfono.
Vos que nunca aprobaste geografía porque nunca estudiaste los textos porque en vez de juntarte a estudiar todos los días un poco todos los días un poco jugaste en el río, corriste por la montaña y juntaste insectos en tarritos de mermelada y nunca te enteraste que los exámenes de geografía de la señorita Malco trataban de eso, de que otra cosa sino? porque nunca si quiera los leíste colgado en el vuelo de alguna mariposa.
Para vos que te gustan las berenjenas y sos alérgica a los jefes y tenés pecas.
Para la verdu de las frutillas más ricas y no es chamuyo, son las más ricas!
Para vos gorda que te amo con toda mi alma mi ser: así no más como soy, como escribo;  así no más como sos: bella al natural como cuando hablas con la boca llena de lechuga y me volvés loco.
Poesía
Poesía
Poesía
Y sino que?
Las palabras son la semilla de los vientos por eso no pueden morir en el papel; no deben quedarse allí y ellas lo saben y se apagan cuando ninguna garganta las alza, las nombra y libera y rejuvenece. Es nuestra obligación como seres infinitos q somos de levantarlas con nuestra vos. Leerlas. Acariciarlas con susurros, morderlas a gritos. Prenderlas en poesías para que naveguen las calles del viento en cálidas alas, violetas, taciturnas, amarillas..
No debemos dejarlas morir en un renglón.  
no debemos.. Ni por una letra debemos.. Las palabras en el aire son de todos, llegan y se llevan entre hojas y bocinas miserables pretensiones lo que se escucha allá y dejan nada más y solamente lo que acá se escucha.
A las palabras se las lleva el viento. Sí. Tiene que ser así, debe de serlo. Sino sólo conoceríamos la historia de los que ganaron la guerra de la tinta, la pólvora y tantas otras que mejor hablar. Los que se apropiaron de la tinta para escribirnos en cuentitos.. Bueno, eso.. Hablemos hasta por los codos y escuchemos el silencio. Encontrémosle el sentido al de la buena pipa que seguro que lo tiene. Ubiquemos las palabras y los continentes en el no mapa del anti mundo; cantemos:
La mar estaba serena.
Serena estaba la mar.
La mar estaba serena.
Serena estaba la mar.
 ¡Con ‘a’!
La mar astaba sarana.
Sarana astaba la mar.
La mar astaba sarana.
Sarana astaba la mar.
♪ ¡Con ‘e’!
Le mer estebe serene.
Serene estebe le mer.
Le mer estebe serene.
Serene estebe le mer.
 ¡Con ‘i’!
Li mir istibi sirini.
Sirini istibi li mir.
Li mir istibi sirini.
Sirini istibi li mir.
♪ ¡Con ‘o’!
Lo mor ostobo sorono.
Sorono ostobo lo mor.
Lo mor ostobo sorono.
Sorono ostobo lo mor.
 ¡Con ‘u’!
Lu mur ustubu surunu.
Surunu ustubu lu mur.
Lu mur ustubu surunu.
Surunu ustubu lu mur.

a veces pasa

Se da el momento en que te acercas a la persona x o z y le preguntas si le podes sacar una foto, de esta manera: -disculpame, tenés una cara bonita o algo por el estilo que me dan ganas de sacarte un foto, puedo?  Es ese instante, esa persona, esa mirada, perdida, cansada, barba con agua, piel con sol, es ella o él o vos. Le tenés que tomar una fotografía. Sí o sí. Si no te morís, derretís como un pedazo de hielo al sol. En ese instante en que te acercas a la persona que te conmueve y le pedís con la cámara en mano si le podes sacar una foto nace el riesgo, hay riesgo y lo sabes pero no te podes detener. No podes y seguís y la miras y sin perorata alguna le decís quién es. Quién es y quién sos en su vida. Se lo decís sin palabras. Y te entiende... mirándose en la pantalla.

al poema que no quiere venir


Puta inspiración de golondrina invernal
Te escribo, poema, para leerte de a ratos
Y saber de buena tinta
Lo que minutos después (días y años e inviernos)
Sentirán mis ojos en el instante en que tus hojas horas verdes
Son empapadas de una suave lluvia acristalada por
Gotas tornasoladas que recorrerán tu piel como lo hace el viento, 
artista y mendigo creador de lo abstracto .

Suenan en cada letra, cada gota, como campana de jardín
 picos, tréboles y escondidas
Un ding es un morfema con escamas de pes
Un dong el cielo griton de rojas venas
El ying y el yang
El poema y la prosa
Los sabios y los políticos.

Puta inspiración de elefante africano
Te escribo, poema
Para leerte y conocerme de a ratos
y de a rotos recuerdos
que riman con río
con reo
y con encanto.
Me hice el muerto como una cucaracha y no viniste ¡me hice el muerto! Casi todo un día, una eternidad. Lo que equivale a 18 abrazos, 3 cuadras  y 10 puchos. Que hija de puta, todavía la veo, ahí, pata pa´ arriba mostrando la panza colorada dentro del jonca de los cubiertos. ¡Qué asco! Revuelvo la sopa, la ensalada, pincho el choclo y se me viene a la mente su concupiscencia baboseando la alpaca, pisoteando la espumadera, durmiendo entre las cucharas y
  Vaya a saber qué tanto más haces ahí adentro hija de puta.
Todas las noches un cajón cerrado y oscuro;  y los días, el mismo cajón atrancado con un cuadradito de diario, dibujado en su centro por un hermoso dorado haz de luz que lo divide y hasta parece abrirlo por los aires, y ella, cual perla de concha, ahí, brillando en el sol, haciéndose la muerta para no morir explotada como toda su familia: de un boom, de un chancletazo.
Y yo, quien te habla, hoy, me hice el muerto, Sí, me hice el muerto todo el día, como la cuca, panza pa´ arriba pa´ que vengas a velarme y no viniste y me aburrí y la maté. ¿la maté? Sí. ¿Fin del juego? No, qué fin, si todavía… Sí, la tuve que matar, un algo de por el viento se transformó en cosa y me entró por los brazos moviéndome cual marioneta borracha y ¡plácate! Al eterno sueño… ¿por qué no viniste?... una vez cristalizado el magma, me arrepentí, ¡claro que me iba a arrepentir!
Tuve poderosas-pesadillas-pesadilla- poderosa -poderosa-noche-de guirnaldas y artificios: cucarachas gigantes, corpulentas y rojas, de ojos blancos con enormes pupilas amarillas, peludas y hambrientas me corrían por angostas calles de madera y metal. Cuchillos y singulares tenedores formaban un laberinto algo encantado y yo perdido y perseguido, como un pájaro por perdigones, transpiraba la gota gorda dentro de la noche del cajón ¡el jonca blanco! Que por instantes, miguitas de ellos, granos de arena, me encontraba fuera:
algo mareado y con el rostro de un cíclope me acercaba con una zapatilla desteñida con dientes y boca de tiburón en una mano hacia la luna y con la otra, libre, trémula y mojada, quitaba el cuadradito de diario en extrema cautela, y lo abría: lentamente se me presentaba ese mundo al compás de una música de pavo real que descendía  del cielo logrando orquestalmente que todos mis nervios se enfilen prolijos uno detrás de otro y caminen en un dos un dos por un tapial no más angosto que mis brazos. Y me veía corriendo, ahí, diminuto como un pochoclo, queriendo escapar de los gigantones cucarachones, que lejos de agotarse, agitaban sus crujientes patas y escrutaban cuidadosamente el espacio azul entre los metales plateados que me cubrían…
¡Y me hice el muerto!
Sí, me hice el muerto en una noche como la de hoy
Para no morir
Reventado de un zapatillazo
Que yo mismo
En estado de presíncope
Estaba por darme
Y vos

(Vaya a saber qué tanto más haces ahí dentro hija de puta)

Sublime



Dice Longino que lo sublime, usado en el momento oportuno, pulveriza como el rayo todas las cosas y muestra en un abrir y cerrar de ojos y en su totalidad los poderes del orador (1.4); que es grande realmente sólo "aquello que proporciona material para nuevas reflexiones" y hace difícil, más aún imposible, toda oposición y "su recuerdo es duradero e indeleble" (7.5). "Nada hay tan sublime como una pasión noble, en el momento oportuno, que respira entusiamo como consecuencia de una locura y una inspiración especiales y que convierte a las palabras en algo divino" (8.4). Siguiendo la tradicional oposición retórica virtud/vicio, explica Longino cómo "lo sublime reside en la elevación, la amplificación en la abundancia" (15.12, ed. esp. García López).

Sufrir es abrir los ojos, es no obedecer, es amar, es decir buen día hijo. Leer poesía es un comienzo, el comienzo del sufrimiento, de la perdida y del amor sembrado. Como también, se me ocurre, lo es el decir NO y dejar de pertenecer al grupo: apoyar en un rincón sin romper el silencio o gritando de patas para arriba, lo mismo da, lo que sobra lo que cae lo que no hace lo que enoja-te lo que da/pa/ra de/jar. Quedar por un tiemp ito fuera del circu ito: que cubre, protege y alimenta a la Reyna comodidad, donde las musas no aparecen ni disfrazadas de oso; ni de abejas, batatas, mucho menos de flor. ¡Antes de la llegada del sufijo brindaremos por la nueva poesía! Sufrir es abrir los ojos pero también es la libertad, la rebeldía de por vida. La ideología sin almohada, con almohada, sin harapos, con sombrero invadida de sueños. La poesía si bien enamora también mata y eso lo sabemos. Como el amor, se hospeda en ella la muerte. Es un trago que como poeta, hombre sensible mujer desobediente (con y sin dientes) artista debo correr para no morir de sola soledad, de estupenda estupefaciencia, de plena estupidez, de pena por mis miedos, infeliz por ser caballo manso, mula del que le gusta mandar.
Elijo sufrir con la poesía, enamorarme con la poesía, morir, vivir, en la poesía que me lleva a recónditos sitios: llenos de luz y oscuridad.

Silvia, no me caso… ni con el perro ni con el amo.
si tenés la nariz grande, hace algo con ella, y no te encojas.

charly garcía 
Un lápiz o lapicero es un instrumento de escritura o de dibujo. Consiste en una mina o barrita de pigmento (generalmente de grafito y una grasa o arcilla especial, pero puede también ser pigmento coloreado de carbón de leña) y encapsulado generalmente en un cilindro de madera fino, aunque las envolturas de papel y plásticas también se utilizan. (Wikipedia, la enciclopedia libre wuaooou).
Perdiendo la atención por culpa de algún tango desteñido de Daniel, por culpa de las voces de la Noche, por culpa del zapato Avejentado, por culpa del Garrón… me quede sin voz y lo peor: sin mi atención de lechuzon que me mantenía sentado observando el foco, la bombillita, la mosca, la humedad, las hormigas. Y ahora estoy solo. La locura experimental del pájaro que viaja de árbol a árbol, experimento. Lo tristemente colorido por la paz del otoño. Lo tuyo ahora le pertenece a las arañas, mi amor, que jamás voy a matar. Ni se te ocurra matar una araña. Ni-se-te-o-cu-rra olvidar que existo (no es una orden, es un deseo) (pero a quién le hablo, a quién…)

Paula


ha, paula
tu sexo indómito
tu voz sexual masticándome al oído
volviéndome loco libre líbidico libroabierto sinpuntos niapartes
volviéndome lo que nunca
un comodín y vos una arlequina
tu sexo, paula
un caracol
tu sexto sentido
(el único farolito de la noche)
entrándole a mi pecho a mi carne
(como una flecha escupida por cupido y el rebelde)
entregándote
entregándomelo todo
gota a gota
de agua todamía toda dimensión desconocida
 la luna cuando gozabas
lágrimasvivas
paula, tus piernas flacas
tu fuego helado
tus brazos laxos
tu lengua roja
tus ojos negros
tu pelo lacio
tu olor a mezcla
paula, hermosa
sublime nuestro sexo de gin-tonic
de porro
de menta
de mentira
de paloma en la cocina
de platos rotos y de cuerpos ebrios volcados en el abismo
¡lejos del discurso!
paula
tu concha mojada embelesada por la fiebre de tus gritos
absorbiendo mi verga de piedra mis dedos y mi boca
tu piel entre mis uñas mis pelos entre las tuyas
un enjambre de fuego
ah, paula
fuimos fuego enjambrentado
ensangrentados por una burbuja que estalló en mil pasiones
tu entrepierna fue mi garganta del diablo
y en cada cachetazo
recuerdo renacer en serpiente de arena
como renacen los álamos
como renace el jilguero
como renacen los versos
ante la primer campanada de primavera
din dan/ding dong
y quisimos más, paula
más
y así fue que nos dimos nuestra misa de ostias
nos volvimos y nos vimos al vernos inmersos
 en una mañana de persianas bajas
parcial oscuridad de cenicero
y muchos dedos: susurros vagos de paredes cristalinas
y mucho vicio de escuerzo
tus pezones dos peones lujuriosos dos esclavos de mis dientes
amos de mis ojos y tus palmas amarillas de pija y tabaco
me pidieron que los manche
que los pinte como al óleo
y así fue que sin contención salté al vacío
cayendo en un bosque de manzanas y frutillas
 muriendo en tu cuerpo de vela
 te entregué todas mis miserias
¡mi alma fue un pájaro volando en un grito!
¡y mis mentiras un poema!
muy despacio
muy-[d]espacio
te llené la tetas de leche
perdiendo mis plumas transparentes
mis brazos tocaron el piso
y retorciéndote tocándote inventándote a vos misma
en el lodo blanco
en la espuma hambrienta
olvidándote por completo de mí
en completo
vos con vos
armonía
tomaste un libro de la Pizarnik
de una repisa que podría haber sido tu cabeza
y lo baboseaste
empuñaste
cada una, sus poesías al azar
lo estrujaste con tu mano izquierda
y explotaste
explotastenmilestrellas
estrellasdearena
estrellasdepanyopio
haciéndome de oro
te fuiste
enmilpalabras
levitaste
llegaste
acabaste
llegando
así fue
paula
así y asá
el inicio
del universo
la galaxia
los mambos
los otros
los sexos
que
somos
que somos y bebemos
que somos y bebemos después del quinto vaso
que somos y bebemos después del quinto vaso aparecemos
que somos y bebemos después del quinto vaso aparecemos en ese vapor
 que somos y bebemos después del quinto vaso aparecemos en ese vapor peregrino.
.

.
Todo el otoño puede estar en cualquier esquina,
Y lo está, sí que lo está
En las veredas ya crujen las horas
Y dicen Sol.



Un nuevo invierno
desciende del norte rodando
y asciende en sancos del sur.
-y me da en el pecho
sus flechas-
La flor se tiñe de azul
y el amor de agua caliente
calentando los cuerpos.
Los pies fríos,
dejando entrar al fuego,
por entre sus diminutos dedos,
se humedecen
y cambian de color,
de estación,
de olor.
La laguna parece congelada
-y sus algas y sus sueños
y sus pasos-
el puente más invisible que otras noches
las noches más largas y estáticas que otros días
las poesías más profundas y purpuras que otras veces
el vino más dulce y sincero.
¡el invierno!
Un nuevo invierno
-un cofre azul-

¿Qué traerá dentro?
Todo el otoño puede estar en el color de una hoja,
En el color de una hormiga,
En la no primavera,
En la no época de tomate,
En el cielo que parece estar cantándole a los ojos
Una serenata cualquiera: ciruela, tomate, menta o pera.
En el té rojo,
En las pupilas amarillas de azafrán.
Todo el amor puede estar en una cucharada de sopa,
En el pizarrón de una maestra que juega a ser niña dibujando palabras,
En la copa de un árbol o sobre tu panza,
En el dialogo de un moribundo con dios o con la enfermera tetona;
En un abrazo de tren,
En un permiso, en un hasta luego, en un te acompaño.
Todos los colores del vuelo, del vuelo infinito, caben en una lágrima, en la punta de un lápiz
Como en una diminuta nuez cabe el sexo y el inmenso amor de un pájaro.
En las uñas esclavas de los dedos del humano,
En los clavos de los techos de los ranchos oxidados por la lluvia,
En las flores, las guirnaldas y las velas
En los astros, los jarrones y los campos
Cae la brisa del onírico mundo de los gatos.
¡Los silbidos de los años de un canario!
¡Los poemas del exilio de un cometa!
¡Las mujeres de río y sus danzas callejeras!
¡Los relámpagos, los brujos y la cura!

No son más que el llanto de un cachorro muerto e´ frío.
Conocí a un viejo y una vieja en… en dónde? No lo recuerdo.
En el Salvador, quizás. En Lanús, tal vez. En mi cabeza, no estoy seguro.
Viejos cuyos nombres se me hace imposible acercar a la hoja. No importa eso. El viejo conocía los porqué de los cuándo y vivía quiero decir respiraba sólo tan sólo para contarlos a modo de cantos de cuentos de poesía viva que vive dando vueltas y saltos de grillos y de ojonas ranas pescadoras de salvajes moscas. Vivía, el viejo, sentado, contando los porqué de los cuándo, que eran muchos, pegadito a su viejita. Mi viejita decía el viejo, mi viejita. Hermosa compañera que sentadita sobre un almohadón de su diseño tejía los paraqués de vivir sin correr detrás de la zanahoria, que eran muchos y se veían bien y acariciaba el lomo de un gato amarillo que dos por tres se acercaba a las piernas flacas de ella para que ésta lo frote con suavidad y belleza. Una vieja y un viejo de no sé dónde de todos lados que con la particularidad de no contar el final narraban y tejían con dedos y voces  bellas y crudas historias tan de guerra como de amor. Tan de las estrellas como del trigo.


lunes, 14 de julio de 2014

Un hombre pasa con un pan al hombro


Un hombre pasa con un pan al hombro
¿Voy a escribir, después, sobre mi doble?

Otro se sienta, ráscase, extrae un piojo de su axila, mátalo
¿Con qué valor hablar del psicoanálisis?

Otro ha entrado en mi pecho con un palo en la mano
¿Hablar luego de Sócrates al médico?

Un cojo pasa dando el brazo a un niño
¿Voy, después, a leer a André Bretón?

Otro tiembla de frío, tose, escupe sangre
¿Cabrá aludir jamás al Yo profundo?

Otro busca en el fango huesos, cáscaras
¿Cómo escribir, después del infinito?

Un albañil cae de un techo, muere y ya no almuerza
¿Innovar, luego, el tropo, la metáfora?

Un comerciante roba un gramo en el peso a un cliente
¿Hablar, después, de cuarta dimensión?

Un banquero falsea su balance
¿Con qué cara llorar en el teatro?

Un paria duerme con el pie a la espalda
¿Hablar, después, a nadie de Picasso?

Alguien va en un entierro sollozando
¿Cómo luego ingresar a la Academia?

Alguien limpia un fusil en su cocina
¿Con qué valor hablar del más allá?

Alguien pasa contando con sus dedos
¿Cómo hablar del no-yó sin dar un grito?

Cesar Vallejo.

jueves, 29 de mayo de 2014

GUSANO


Lo mismo que un gusano que hilara su capullo,
hila en la rueda tuya tu sentir interior;
he pensado que el hombre debe crear lo suyo,
como la mariposa sus alas de color.

Teje serenamente, sin soberbia ni orgullo,
tus ansias y tu vida, tu verso y tu dolor.
Será mejor la seda que hizo el trabajo tuyo,
porque en ella pusiste tu paciencia y tu amor.

Yo, como tú, en mi rueca hilo la vida mía,
y cada nueva hebra me trae la alegría
de saber que entretejo mi amor y mi sentir.

Después, cuando mi muerte se pare ante mi senda,
con mis sedas más blancas levantaré una tienda y,
a su sombra, desnudo, me tenderé a dormir.

Manuel Rojas
Saltan los cangrejos en la arena
Cuando sube la marea
Me pican los piojos las ideas
Por la plata baila el mono
Más dispacio quiay pa todos
che.

a vos, chica de la ventanilla..

Te ofrezco la salida de emergencia
Te ofrezco un amor de coche cama
Te ofrezco todo lo que venga en ganas
Te ofrezco que vayamos de paseo
Te ofrezco que te olvides por un rato
Te ofrezco que te quites los horarios
Te ofrezco no preguntarnos el nombre
Te ofrezco que rompamos la pecera
Te ofrezco que cantemos como el culo
Te ofrezco que me arranques la cabeza
Te ofrezco que plantemos la semilla
Te ofrezco que no bajemos los brazos…
y que si quisiéramos ir vayamos
y que si quisiéramos volver volvamos
y que si quisiéramos más saltemos
y que si quisieras un circo,
quisieras pintarme la nariz color ladrillo.


miércoles, 28 de mayo de 2014

Un poema sangra vicios de huracán
Cuando los vientos enemigos arremolinan los barrios bajos
Vientos bravos
Y se llevan consigo chapas y migas de pan duro de los mortales que en ellas se refugian
Que a ellas dan sus bendiciones aclamando un sueño caliente por lo bajo de la luz amarilla de alguna vela que ilumina las caras cansadas, profundas… susurran…
Comedores enteros se van al carajo
Ilusiones etéreas
Sin dentaduras posibles quedan los vivos
Para masticar el día
Lo que se ve del día
Lo que quedo del día
Cuando se vive en pata
En tetas
Y con olor a
Dejar en las astas del toro lo que al toro le cuelga hasta en la muerte.
El zapping no existe: pura rutina de calcomanía
En sus rostros hace frio
Sin pasta sin sueño sin pensamiento
Un ángel fénico
Mengua del tobogán
Y trae consigo un poco de paz en lata.
Roberto perdió un dedo en la fábrica y no le duele, se ríe y dice un problema menos.
A Elvira la despidieron de su trabajo y culpa al alcohol.
Patricio abandono la escuela para dedicarse a ser pintor.
Hay un poeta, también, que canta y habla con los dioses de su cabeza.
Marina está embarazada y tiene Miedo y no hace más que fumar y Mirar el Mundo que se refleja en el ojo plateado del charco.
Respiraciones profundas
Dientes que brillan como bolas de billar
Lenguas frescas
Ideas vagas
Sonrisas seguidas de una tos que raspa el pecho.
Corazones contentos
Palomitas y arroz.
Un rato contrario.
Tengo dos días más
                                  (voy a ponerme al sol)
Una ilusión de lupa
Se va a derretir
En mi barbilla
De perro  
                      (quizás)

Tengo dos días más
                                (voy a comer hongos)
Y salté al ver mis pupilas
Decoradas
De luna
De cristal

Tengo dos días más
                             (voy a escribir tu nombre en un grano de arroz)
Para detenerme
En vos
Y en tus pecas
Plantarme
Cual semilla
De té.
Tengo a mi amor guardado en el bolsillo del pantalón. No quiere salir. Acurrucadito, dice que hoy no.
No sé qué le pasa, no lo entiendo: Dos manitos esperan su llegada y el corazón que lo ama está primero en la parada.
Tengo a mi amor guardado en el bolsillo y no quiere salir. Está dolido.
Si las moscas me batearan la cabeza
Cada vez que te hago falta
Llegaría antes del trueno
Al plaff de tus andanzas.
Un relámpago…
Si las piernas me permiten
Voy a viajar corriendo esta noche de lluvia
Que seca los pensamientos
Como el sol quema
El olor del pan de la mañana
Que desayuno en mermelada
Roja.
Si las moscas te batearan la cabeza
Cada vez que me haces falta
Nos encontraríamos más seguido
En el mambo…
Tal vez ahora nos encontraríamos
En alguna esquina
Panadería o  en la plaza donde estoy lloviendo
Con tiempo mojado y en paragüas
Mis ojos ven tus remos acercarse
Y una sonrisa…
Y una sonrisa lo seca
Todo.

Aprovecho esta hoja en blanco para escribirte, ficción.
¿¡Quién sos?
Vi salir el sol tres veces en el día de hoy: del baño, con la cara mojada y aliento a menta en su boca de porro; de detrás del árbol que da a mi ventana por donde entra cuando tiene ganas y se maneja como día por su casa; de los ojos de mi gata que se está volviendo sirena en los techos de tejas naranjas que nos rodean el horizonte delineándonos los ojos felinos, volviendo pescadores a los gatos que maúllan emborrachados por su mar de olas blancas.
¿Quién sos,?
Aprovecho esta hoja en blanco para escribir lo que me da la gana. ¿Estás ahí? ¿Sos lo que me da la gana? Te digo que le entras bien a mis poros/polos cuando te reconocen cerca /a leguas de distancia/te rosan/ venir. Ficción, pienso en vos y creo que sos la puta que llevamos dentro, la punta del lápiz, la inconclusa realidad, los mundos paralelos que no se leen en el diario pero nacen de él o de los sueños que no nos acordamos, que creemos no haber soñado, que se mojan cuando nos arrojamos agua fría con nuestras manos que concluyen con todo esto colocando en la caja de pandora, en la canasta de mimbre o en el cajón de los sueños a los incoloros dragones que vuelan y se alimentan de vos/de mí y de tu ficción y de la mía en cada rincón de tu cabeza y de la mía, que no se ven en los espejos a no ser que cerremos los ojos o apaguemos la luz, da lo mismo.
¡Ficción! Ya te empiezo a entender mejor. Te puedo escribir y hacerte real. Tocar en una hoja de árbol como a una mujer/guitarra. Haces que Exista, que yo ahora mismo exista.  Que todo esto sea algo, que no se apague “y que no pare de bailar” y nos surja como del viento que surca el camino: mover los brazos y las piernas en pensamientos precisos para no morirnos, ahogados. ¡Flotamos y llegamos a la isla!
Una vela gorda: infinita, un castillo de agua. Te puedo leer, escribir y leer, ver, ahí, tirada, drogada sobre renglones grises como de polvo o cenizas volcánicas; dentro de tapas duras, blandas… te puedo enseñar a nadar y vos a cantar.
Ficción, yo soy tu ficción y vos, la mía.
Caminemos de la mano.
Ficción, somos un rato.
De vida.
Un cacho,
de tiempo.
Mientras uno se encargaba de susurrarme al oído el arroz con leche
El otro me picaba la mano
La mano
La izquierda
La que no meditaba debajo de la almohada.
Mientras uno me chupaba la oreja
Los otros me mataron por la espalda cual traidor de Juan Moreira.
En los sueños me atacaron lobos, hienas y cuervos
Nadé en menstruación.
Me desperté rojo
Rojo de sangre
Roja mi mano
Rojo venganza
Roja mi ira…
Ahora, ellos duermen en el verde del pasto, lo sé. Y yo me saco con uñas la piel que me envuelve.
Draculitas en el rocío de la tierra, el olor de la madera que sale del invierno los vuelve estúpidos.
Me encantaría susurrarles al oído melodías que salgan de mis venas… quisiera ser humo.
De mi sangre que es su sangre…
Y picarles las tripas.
Y robarles las alas.
Y robarles los picachos
Y volar a tu sueño
Y picarte la panza
Y morir en tus palmas y en los ríos que la surcan ahogarme
Como nadie
Como un ave
Como un cuarzo
El cuarzo citrino que cuelga entre tus pechos
Como nadie
Como lo que soy que de mí nace
Amarte.

Mariposa


Te convertiste en mariposa
Y te vi.
Te vi justo. Justito.
Un distraído como yo
De pipa de madera
Bolado en ideas de papel
Te vio.
Te vio justo.
Me congele en tu belleza
De alas de mariposa
No muy grandes
No muy extrañas.
Naranjas, amarillas
Y azules
Se reflejaron en mí.
En mí
Que hasta ese momento
Tu momento mariposa
Mis ojos
No sabían observar
Más que soledad
De preso
De exilio
De pasado
De loco
De guerra
De muerto.
Mariposa
Te convertiste en mariposa
Y te vi!
Te vi justo.
Y no pude
Más que pensar
En todos los poetas
De mi tierra
Escribiéndole a tus alas...
Y en mi dicha
Claro
De verlas florecer.

Le leche que bebo
Sale de las tetas de las vacas más tristes que mis ojos
De niño bobo, pudieron observar.
Tirones y pezones maltratados cual si fueran plástico o
Película de mentira:
Tiran y escupen su tesoro
Su esperma blanco
Magnolias
Trompetas de querubín.
Todos los días:
Más leche
Más calcio
Más huesos cándidos: mentira de generación en generación
Más vacas
Tristes: infinita verdad.

En barco de arena
De arena que se queda entre los dedos
Dedos que son de la arena
De la arena, del agua y del otoño que se acerca.
Timoneando el timón, el timonero fuma en el espacio
Lleva consigo un limonero y un poetario.
Anónimos los dos
Anónimos los tres
Anónimos los cuatro.
Limonero amarillo como la arena y los dedos que fuman del timonero
Poetario  dulce y solitario
Escrito y leído con sangre y vino
Sal, vida y muerte.
En barco de arena el timonero se acerca cantando:
La vida, mi vida en la tierra viday
No es más que un te quiero y te abrazo viday
Ya llego a tus brazos
 del agua, la arena y los vientos viday
Con ganas de vos…
De vos en mi pecho hasta el final.

A Ella


Me topé con ella todo un día entero, enterito.
Primero, me desperté a su lado y no me pude vestir
Segundo, en el poema ·Ella· de Vicente Huidobro
“…ella llevaba una camisa ardiente
 ella tenía ojos de adormecedora de mares
ella había escondido un sueño en un armario oscuro
ella había encontrado un muerto en su cabeza…”
Tercero, en la canción ·Ella también· del gran flaco
“ella es tan clara que ya no es ninguna…”
Todo el día hoy me topé con ella
En la llovizna, el sol y la noche.
Los profundos silencios
La liviana siesta
                          las ventanas abiertas
                              De par en par
                        Nos volaron de aquí
                                 Como estopas de viento…
Y yo seguí en ella
Hacia ella
Y por ella.

Y que te quede bien claro que no soy la siesta de nadie
Y que te quede bien claro que no soy lo que no tengo
Y que te quede bien claro que un rayo puede partirnos en pedazos (ahora mismito)
Y que te quede bien claro que mis manos lejos están de construir cualquier imperio; cualquiera que fuere, que te imagines, el que se te venga a la cabeza, ese que aún no existe, el que no va a existir jamás.
Y que te quede bien claro que mis dientes son la tierra
Y que te quede bien claro que mis ojos son el polvo
Y que te quede bien claro que mis huesos no son de leche, son la rama, son el árbol, son el bosque, son los cardos.
Y que te quede bien claro cual el camino y no me pises la huerta
Y que te quede bien claro que los de afuera no son de palo, no somos de palo y afuera de qué, de dónde.
Y que te quede bien claro que los pollos no son tu espiedo
Y que te quede bien claro que no soy un turno, un número, un dedo en el timbre, un peaje, una estación de gasolina con promociones  rápidas.
Y que te quede bien el claro que soy el fin, el fin, del comienzo, siempre el fin, el arcoíris.
Y que te quede bien claro y que te quede bien claro.

Llévate algo de acá, de aquí. Lo que quieras, lo que creas que tiene que salir a volar.
Llévatelo llévatela. Largo de aquí, lejos. Muy a lo ancho, muy a lo hondo, muy a lo cielo.
Llévatelo, vamos. Y tú también vete, vete a volar. Vuela de aquí, vuela lejos. Encuentra el no lugar del no civilizado. Encuentra el arte en el camino, los juncos y los prados.
Llévate algo, lo que quieras, si lo quieres, pero no olvides de llevar a ti. (Puedes dejar a ta, a te; pero carga con ti) hazlo tuyo, transfórmalo, defórmalo. Quítale la envoltura y deja, de una buena vez y por todas, que sus alas se extiendan en mandarinas y sándalos; humo, humo, humo. Vamos, largo de aquí.
Vete.
Me estorbas.

Voy a dedicarme a grabar videos y a nadar como los delfines
Sí! A eso quiero dedicarme!
A grabar videos de gente frita cantando tortas por el aire de la plaza
Sí! A eso, y a nadar como un delfín.

Un montón


Un monton
de veces
Un monton
de vos
Un monton
de quieros
y quietos
y pedros
Un monton
de histeria
Un monton
De historia

Un monton
de chiflados
en mi
cabeza
Un monton
de
sueño
Un monton
de almohadas
Un monton
de cuentos
que para qué
te voy a
contar si te vas a dormir. Quiero que me cuentes un cuento para dormir.
Un monton de té
Un monton de amos
Un monton de hierbas
Un monton de
más
Un monton
no es nada.
Un monton de menos
Un monton te quiero
Un monton
de
hombres
y
mujeres
y
niñxs
en todos
los
rincones
un monton de trenes y deberes
Un monton de pajaros en el cielo del Niágara
Un monton dispacio quiay pa´ todos
Un monton
de tierra
pan
y
tierra y pan
y tierra
y
patas sucias.
Un monton
de lagrimitas
olvidaditas
por un monton
de nosotros
que somos
un monton
y más
cuando brindamos
un dedo para levantar
al que se tropezó con la mala
y un monton
y más
cuando somos olvido de todos
corridas de toros
generando
vacíos inmensos
desgarradores.
Un monton
de puertas
cerradas
con
llaves
gigantes
y zapatos
con betún.
Un monton
de gente
cerrada
en
puertas
con
llaves
gigantes
de cuerpos
oscuros
sin las llaves
para abrir la puerta
que lleva al niño a jugar al patio de al lado
Un monton
de ganas
de despertar el espíritu
y no lo hago
claro
y me escondo en mi cuerpo. Y me muero un poquito o vivo menos da lo mismo.
Un monton
de amor y
falta
más
todavía y
falta
mucho amor
en la calle
en
sus ojos
hay un monton
de vida
jazmines amarillos cual infancia
que
no ven y no vemos…
Un monton
de oro encerrado
Un monton de loros
en almas encerradas
en puertas
de oro
gigantes.
Un monton
de agua
en tus pies
y en los nuestros
mojados de barro
un monton de barcos
como uñas
en tus dedos
de mis manos.
Un monton
de banderas
de todos
los colores
de
las
banderas
del
mundo.
Un monton
de ideas
sueltas
en vanas
en sábanas
en vainas
un monton.
Un monton de fronteras y más: el vecino acaba de electrificar el muro que lo encierra en el culo de su casa.
Un monton
de pelos
largos
por todos
lados
polleras cortas
boquitas
pintadas.
Un monton de: estas hermosa
Un monton
de música
Un monton de chabón y chabona
Un monton de boludo y boluda
Un monton de quicos
Un monton
de lobos
con cocodrilos
en
los
bolsillos
y muchos
secretos
y más.
Un monton
de lobas
con carteras
de
piel
de
cocodrilo y lágrimas de cocodrilos y drogas de cocodrilo
y sueños
de coleccionar
negritos
de todos los puntos del sol
y más.
Un monton de: hay que matarlos a todos
Un monton
no es nada
Un monton
lo es todo.
Un monton
es Dios
Un montón sos vos
Un monton
de plástico
en la pacha
un monton de tiempo
tarda en degradarse
un monton de tiempo…
+una botellita
-un monton de peces
un monton de tiempo…
más de lo que tardas en
hacer una carrera
universitaria
tarda en degradarse
como tu vida.
Un monton
lo somos
y nos oímos
venir.
Un monton
puede cambiar
Un monton
de veces
Un monton
de monos
Un monton
de placer
me
das.
Un monton
de
todo
un
poco
y
más.
Un montón somos los dos
Cuando
nos amamos.

Sufrir es abrir los ojos, es no obedecer, es amar, es decir buen día hijo. Leer poesía es un comienzo, el comienzo del sufrimiento, de la perdida y del amor sembrado. Como también, se me ocurre, lo es el decir NO y dejar de pertenecer al grupo: apoyar en un rincón sin romper el silencio o gritando de patas para arriba, lo mismo da, lo que sobra lo que cae lo que no hace lo que enoja-te lo que da/pa/ra de/jar. Quedar por un tiemp ito fuera del circu ito: que cubre, protege y alimenta a la Reyna comodidad, donde las musas no aparecen ni disfrazadas de oso; ni de abejas, batatas, mucho menos de flor. ¡Antes de la llegada del sufijo brindaremos por la nueva poesía! Sufrir es abrir los ojos pero también es la libertad, la rebeldía de por vida. La ideología sin almohada, con almohada, sin harapos, con sombrero invadida de sueños. La poesía si bien enamora también mata y eso lo sabemos. Como el amor, se hospeda en ella la muerte. Es un trago que como poeta, hombre sensible mujer desobediente (con y sin dientes) artista debo correr para no morir de sola soledad, de estupenda estupefaciencia, de plena estupidez, de pena por mis miedos, infeliz por ser caballo manso, mula del que le gusta mandar.
Elijo sufrir con la poesía, enamorarme con la poesía, morir, vivir, en la poesía que me lleva a recónditos sitios: llenos de luz y oscuridad.
Silvia, no me caso...
Será que los poemas de amor hablan de viajes…
Será que los poemas de amor hablan de vos como de mí...
Será que por eso al leerlos nos descubrimos en sus sinceras palabras…
Será que en todos los poemas de amor estas vos como yo…
¿Estamos allí?
Estaremos en el rancho de gran hermano. Desnudos tocando el clarinete o la mandolina en algún pedazo de paraíso ambulante mutante con la cabeza en la calabaza y los pies en el anzuelo. Intentando afinar los bolsillos que suenan vacíos inmensos de agua.
En un poema tuyo mi oculista se fue a vivir a las cataratas y tu profesor de música es el padre de tu hijo Paco que te ama te necesita y te escribe poemas de amor que luego se los fuma en la calle.
Será que en Hong Kong los poemas de amor te describen tan bien como los pampeanos…
Será que sí?
Será que el amor es universal e igual para todos?
Será que el amor se puede escribir?
Será que el amor puede tomar forma de un poema, formar parte de un poema, darle ropas a un poema?
Será que somos un poema?
Será que nos leen?
Será que cuando remontamos el barrilete el poema dijo: remontaban el barrilete en el viento con los ojos del sol.
Y cuando volamos bajito en el barrio de la abuela negra el poema dijo: silencio de siesta, locura de abuela, aburrimiento de nieto que quiere escaparse por los techos con forma de tetas gigantes o culos gordos. Ser un súper héroe: Spider-Man  Acua-Man  Súper-Man y fugarse de tanta locura de tv, pero no, se quedó bien pegadito a las polleras de la abuela que no esperó a que del cielo caiga un piano para romper en llanto con el sol en las manos derretidas chorreadas de helado de naranja mecánica y confundir a los vecinos que miraban con odio de hiena, de político narco, de quiosquero que quiere matarnos a todos porque le ensuciamos el piso, encerado por Claudia en Negro, con nuestras inseguridades y faltas de respeto al nietito peinadito que no puede soltarle la mano a la mamá de papá: abuela negra.
Será que sí?
Será que nos leen?
Será que nos traducen?
En cuántos idiomas?
Tres, veinte?
Tres, veinte?
Si es así…
Prefiero no saberlo
Para seguir improvisando
Otros poemas
Que algún alguien de por ahí
Todavía no leyó
Porque todavía no escribí.
Desde que consumo Naranjú se me fue la vergüenza a la mierda. Así empezó todo esto que voy siendo y se va levando de mí. Levitando al carajo mismo.
Un bollito y a la mismísima merda, al otro mundo. Chau.
Sin vergüenza gracias al Naranjú, quién iba a creer. ¿Vos?  Yo tampoco.

Pasé, camino a casa de porro, por el quiosco de la cuadra: tiene un cartel que dice: KosquiO - abierto de lunes a jueves todo el día - viernes a domingo día y noche - feriados las 24 hs. El cartel ilumina como arbolito de Papa Noel con fueguitos azules y rojos casi toda la cuadra y pestañea continuamente, como pestañeaba mi abuela que padecía de un tic nervioso casi insoportable. Le lloraban los ojos me acuerdo y mi cuerpo y mi sien y mis ojos se irritaban de tanto verla subir y bajar infinitos  toboganes de agua. Una marea que mareaba. Escleróticas blancas como su guardapolvo de maestra, pupilas negras, iris y córneas verdesaguacampo, olor a tierra y pan todos envueltos en el tic del subebaja. Los ojos de mi abuela se agitaban como el cartel. El cartel del peruano me hizo acordar a la vieja y la busque y la encontré con mis dedos y la miré en su foto de mujer coqueta y me di cuenta que la foto tenía un olor a porro imposible que mi billetera toda olía a porro y que la extrañaba y me dieron ganas de saber cómo vivía la abuela en Italia cuando vivía, qué tan italianos eran sus pensamientos, qué tan italianas eran sus polleras, sus comidas…. cuando yo la conocí de nieto la Argentina ya le había comido la lengua y las ganas y el mango y sólo se comunicaba con todos sus muertos: la tía pocha, el perro pablo, Elvira, Pedro… y me acorde de Diego un hermano de la vida un gran cultivador de pensamientos acelerados y llegué a mi infancia y me acorde del transa  y escuche a mi vieja gritar con los huesos y me escuche llorando en las manos de un enano con nariz de payaso. ¡Había nacido en un circo! Bajo una gran carpa. Toda mi niñez jugando con mujeres barbudas  y hombres con tetas y elefantes marinos balanceándose en el trapecio que se columpiaba casi en silencio, risueño. Risueño el aire. Risueño el aire de la siesta. Risueño el amor. Risueños los locos del circo de mi familia que acabo de inventar.
Le escribieron el portón a porota:
Si no te cabe lo que te tocó, compone otra porota: ¡ESCRIBÍ! ESCRIBILES PONELES PELUCA CORTALE EL TELEFONO TIRALES EL HUMO EN LA CARA PEGA UNA TROMPADA QUE HIERA QUE TE ACUERDES QUE TE DESNUDE Y TE DEJE A GAMBA PA´QUE PUEDAS CAMINAR COMO SEA DANDO VUELTAS CON LAS MANOS O LOS PIES UNA TROMPADA CON LOS PUÑOS DE TUS OJOS CON LOS MONTES DE TUS DEDOS QUE EL FUEGO DE TUS NUDILLO ESCRIBA LO QUE QUIEREAS DECIR. Si no te cabe lo que te tocó ¡escribí! Camina con las manos y dibuja con los pies. COMPONE OTRA.
Volví a mi cuerpo.
El cartel titilaba pero el quiosco estaba dormido. Cerrado. Me preocupé y me senté. Me sentí vacío. Pensé lo peor. En una perdida quizás. Me desespere. Tenía que investigar. No me podía quedar así. Qué paso. Porqué. Esta cabeza de porro que me hace flashear cualquiera. El peruano no cerraba nunca bien claro lo decía su cartel que era el de todos. Era el del barrio. Ese cartel nos representaba. Nos daba navidad con sus luces. Estrellas. Cuando se apagaba nos apagábamos. Nos fiaba. ¡El peruano fiaba! Y le iba bien. Vendía mucho y era feliz, eso que consumía  todo el día tv amarilla. Pero parecía no entender las noticias o no importarles porque se reía siempre. A carcajadas. Se murió un pibe de 14 años antes de salir del cascaron camino a la escuela y se reía. Vecino encontró a abuelo disecado en la plazoleta de las pasas de uva y se reía. Perro con rabia muerde a un cura y lo condena al eterno sufrimiento de vivir sin carnaval... Al eterno sufrimiento...  y se reía.  Algunas eran para reírse, está bien, pero otras se iba al carajo el peruano.
¡Apareció! Hay una mano chiquitita con uñas mordidas girando el picaporte. Suspenso. Tensión. Ahí está. (Peruano hijo de puta me asustaste). Otra vez la luz, la mano, la otra rascándole el culo. Los piojos caminándoles el brazo. Las cucarachas ocultándose del mundo. Se abrieron las puertas. Quería festejar, abrazarlo, revisarlo, tocarle la cabeza, decirle que nunca más haga lo que hizo, que hay gente que se preocupa, que deje un cartelito explicativo. Que me convide un cigarrillo. Pero no. Por suerte antes de pasar vergüenza con el peruano que me conocía de años se me fue el porro de la cabeza y vino la sed y el hambre todo junto a cataratas y yo sin plata y sin canoa entre tanta agua transparente invisible como acordes de funk con dedos como arañas trepadoras de los sueños que se caen. Un otoño en primavera y mi alma se hace humo. Humo en tus manos mi amor. Necesito un abrazo: mi egoísmo materializado en cuerpo metro ochenta y brazos de japonesa viciosa y flacos por el calor abrazó al peruano que se dejó traspasar por mi barba como lo hacen los espejos de cuentos de hadas o las personas yogas: permitiéndonos entrar en sus venas, tocar como a un pez las campanas con las yemas de los dedos el cuero del bombo de su sangre.  
Hola, me dice con su vos ronca marrón de perro marrón y ronco de ron. Hola, le contesto con vos de que mañana te pago lo que me quiero llevar ahora. Está bien, ¿qué quieres? (A buen entendedor pocas palabras). No sé, algo rico para la sed. Toma, un Naranjú. ¿Un Naranjú? Qué bosta es eso. ¿Un Naranjú?  
Me cagó en ésta el peruano, pensé. Y me fui...
Y acá mismo empezó todo lo de la vergüenza.
Llegue a la esquina. Abrí con los dientes y fuerza de muñeca el Naranjú. Miré para ambos lados cosa de la costumbre que nos haraposa  y crucé...
A los metros, ya comiendo el Naranjú como una jirafa, me dieron ganas de bailar y sin dudarlo baile…
Un grito nació de mi ser, así como así grite como un pájaro que se da cuenta de lo zarpado que es volar...
Mis piernas saltaron, se descontrolaron, se fueron corriendo le dieron una patada al cana que estaba durmiendo en la sombrita del árbol y volvieron a mi cuerpo de leche tibia.
Mis manos empezaron a transpirar lagrimas naranjas.
De mis ojos florecieron amapolas y de mis bolsillos nacieron canciones de lluvia. Un largo camino a casa, intensos descubrimientos coloridos. Cítricos.
Mi viejo YO quedo atrás, no llegó a cruzar la vía antes de que el tren toque su bocina. Antes de que el Naranjú se pierda por completo en mi adentro de perro vagabundo.
Y ahora voy desnudo por las que creían conocerme: las calles de mi tierra.
Por tus calles tus esquinas y las mías.
Por tus bosques tus paradas y mis ratos de volar.
Ahora voy sin fronteras que limiten lo inconsciente.
Con un circo en la cabeza jugando a crecer todos los días, abrir ventanas y cantar serenatas.
Con plebeyos y plebeyas con pendejos y pendejas con el tren que me arrancó del mundo como a un pedazo de pasto, como el fuego que lo quema todo. Natura madre poderosa y servicial, te pido perdón por los míos y me duermo en tus piernas en esta noche caribeña de borracho hasta la pera. La manzana y las costillas de tu origen no son más que sopas de letras acuosas en el librito que le da alas de plomo a los cuerpos de marioneta cercenada por alguna universal filha da puta. Anómala por tu Dios. Por el Dios de tus palabras. Casetito. Corderito doradito vuelta y vuelta en el nidito con piojillos taciturnos destetados.
Sin religión y sin vergüenza…
¡Sin religión y sin vergüenza!
Gracias ¡Naranjú!

Te acostumbraste a tomar mate lavado y pensaste que la vida era eso gruí.
Te acostumbraste a tomar mate lavado y te creíste el cuentito gruí y con el índice del dedo dibujaste en el aire su nombre de cobre y el dios de la humedad, la babosa, el gusano se alimentaron de tus ojos.
Te acostumbraste a tomar mate lavado y te acostumbraste no más.
¡Te acostumbraste a tomar mate lavado gurisa!
Te acostumbraste a tomar mate lavado creyendo que jamás te podrías acostumbrar a eso. Sí, a eso y a tantas otras cosas te acostumbraste gurisa.
Pero siempre hay un pero antes del peor. No hay cabeza vacía de pero. Pero. Pero, pero, por aquí, por allá. Pero.
Y después del pero: inventar, invitar, estallar y tantos verbos como árboles en el mundo.
Te acostumbraste a tomar mate lavado…
Pero, y acá prendo el fuego, gracias a ello: al mate y su lavado constante, descubriste en el rincón oscuro del cuarto lo que en la playa nunca. Con la calabaza en la mano, los dientes verdes, la lengua amarga, los ojos vidriosos, las uñas como garras, las rodillas trémulas, el corazón afiliado, cual viejo a la tristeza, a que el timbre no suene y la cabeza, aliada de la creatividad y el suicidio marcándote el invisible norte de los sueños, despeinada. Del rincón más oscuro del cuarto nació la belleza de la mariposa, y con ella, todos los colores y las luces del sonido de su vuelo.  

Los locos tienen que estar afuera no adentro a los locos hay que sacarlos hay que dejarlos salir afuera afuera afuera afuera al cielo al vendaval  y a la tierra como las nubes que bajan a tomar agua por un tobogán de gotas y suben suben suben suben suben misteriosas y campantes.
JAJAJAJAJA  los locos estamos afuera y ni El Don Nadie ni la Doña Nadia nos va a quitar esta parla que nos fue entregada. No me tengas miedo que soy cosa buena; soy vos llorando, soy vos gritando pataleando desnudo brillando como una perla y promoviendo el carajo a la cagada. Ajó ajó ajó Dale sacá el loco y rompe los vidrios que te hacen ser el pez que sos. Escupí el chupete y gritá pa que todo se despierte.
Los locos tienen que estar afuera no adentro a los locos hay que sacarlos hay que dejarlos salir.

Llueve y el agua me bebe de un sorbo.
Un vaso de mí para la señorita y de una sola vez me voy en su profundidad: como jugo de uva, roca que desciende y penetra en la luna y en sus curvas mojadas de río. En círculos me pierdo en su cuerpo…
Maravilloso, ni una gota queda de mí. Ni una...
Ni de lo que muestro cuando duermo, ni de lo que cuando en silencio espero la llegada del silencio que encienden tus labios y luego la instantánea de tu boca echando humo dibujando un cono de luz al infinito.
Ni una gota de mí. Sólo el cuadrado solitario de la soledad que me cubría en una noche no muy fría. Una de las tantas que me aleja de la leche y el cachorro.  Ahora ese cuadrado es de las hormigas y la arena y parece estar esperando mi regreso. Como ese naufrago que aguarda por ella. Como mi yo enamorado (antes de pertenecerle al agua la esperaba casi desesperando…)
Maravilloso, ni una gota quedó de mí. Dentro de la lluvia no parece llover tanto y me muevo como un reptil buscando gelatinosamente el sito donde quedarme a contemplar el camino. Nunca había sentido mi cuerpo moverse de esa manera. ¿Por dónde iré? No sé, no puedo abrir los ojos, apenas los abro los tengo que cerrar, nunca pude mantenerlos abiertos largos ratos debajo del agua. Aprendí a escuchar las rocas gruñir en el poso e imaginar la forma y el color que hacen a los peces, de esta manera, solo por la magia de la textura, y a esos árboles caídos en la gravedad. A imaginarme nadando, respirando debajo del agua.
Por ríos como venas, por un mar de estómago, agrio y lleno de vida, todo, absolutamente todo en el mundo de las aguas está como prendido fuego: hay llamitas azules,  por todos lados brillan brazas y las algas como hadas avivan la luz y se ríen amistosas y bailan y yo sólo voy, imaginándolas me muevo,  siendo de agua como de música cuando me elevo en vibraciones y mi cuerpo es de aire, de aire… sin ventanas a la vista.
Las raíces ya están satisfechas, el ombú mojado y con la panza llena, los tilos, el jacarandá, las cosas comienzan a brillar en el reflejo espejado del nuevo sol que muy tímido, como una naranja, se eleva al final de la calle secando los cuerpos. Los pájaros cantan, las persianas chillan y como desperezándose saludan al sol y yo me rasco la cabeza, me quito los zapatos y me siento en el cordón de la vereda…
Mojado
Estoy a su orilla….
A su lado… la escucho, la siento correr por mis pies…
Pienso en la comunicación, en el gusano, en el aquí y ahora….
Ya no llueve y ya no espero.

Es la tarde,
Y en ella estoy….
Dormito en palabras agridulces
Recorro el barro en soledad
Pienso
Juego a detener las ideas enruladas en el tiempo,
Y como un mago de plaza las detengo y las vuelvo paloma
Me desarmo.
Evito no correr, evitar me da asco y corro
Y corro hasta sentir el vuelo
Alas del color de la luna
Amo el paisaje, amos mis manos y el camino.
En él, encuentro una nube gris que me detiene en el instante. Camino hacia ella y la observo detenidamente, nada me importa ya, sólo quiero mirarla y saber qué es, quién es y por qué está ahi, así.  Es mi alma. ¿Eres alma, mi alma mía? Sí, soy tu alma por eso me ves, sólo vos podes verme y reconocer mi olor que te pertenece...
La vi desecha, sucia, como moribunda, estropeada y triste, recostada al costadito del pasaje. Como abandonada:
La levanto y le ofrezco chocolate caliente y pan
La lavo con un paño de agua tibia y le digo: dale, te doy este cuerpo y todo lo tengo para que seas lo que quieras ser. Vas a ser libre en mí como en los viejos tiempos, hasta quizás algún día me puedas contar de dónde venimos y como éramos. Cómo era todo…
Y le susurro una canción cualquiera que ella conocía y silbó…
Como peces, mis piernas  comenzaron a brillar y mis ojos se fueron con el humo del silencio.
Me pregunto: ¿qué habrá en la isla? ¿qué es lo que no puedo entender?
El agua me responde a su manera: en reflejos ebrios y mojados
A su vez los árboles me visten en sombra y entiendo que nada de preguntas, solo cerrar los ojos, luego mirar el ocaso y ya está bien…. El viento masajea mis hombros.
Soñando…
En versos,
Dormitando…como un niño, un hombre
Me despierto a su lado.
Cuando te das cuenta que la carne es sólo carne
Cuando te das cuenta que la piel no es sólo lo que la cubre
Cuando te das cuenta que en la piel están todas las redes de tu cuerpo
Cuando te das cuenta que en esas redes estas vos
Cuando te das cuenta que no es imposible sino más bien puede ser y es y así será
Cuando te das cuenta que ser es siendo o nada
Cuando te das cuenta que a la piel le cae muy bien un abrazo
Cuando te das cuenta que un abrazo cura, calma y habla
Cuando te das cuenta que deSeo se escribe con S y ese que deSea lo que el deSeo sos voS
Cuando te das cuenta que estas vivo porque respiras olor a mariposas y gusanos
Cuando te das cuenta que estas en el espejo del baño sucio y barbudo
Cuando te imaginas sin dientes
Cuando te das cuenta que estás descalZo y descalZo se escribe con Z como su voZ
Te das cuenta que la extrañas y la lees en Rimbeau, Bolaño, Bernui y Sbarra
Cuando te das cuenta que Rimbeau está tan lejos de Bolaño como Chile de Francia, como vos de ella, la tierra y el cielo… te encontrás con el Dios de la calle que te dice no corras pibe, ¿para qué? No hay nada más allá, está todo acá. Aquí mismo, en este momento que no es más que ilusión estalla la piñata y los caramelos como estrellas te golpean las ideas… date cuenta.
Cuando te das cuenta que estas entre sus manos, en las redes de su piel cual pez chapoteando en el espacio
Te das cuenta que la carne es solo carne y que la piel no es solo lo que la cubre sino la sutil imagen construida por colores sin nombres, y que toda la ilusión universal tiene voz de niño y abuelo, ojos y manos de niña y abuela, agua y tierra de hojas con las formas del viento y que el viento no es viento si no hay árboles
Cuando te das cuenta de la poesía que hay en vos y gritas en lágrimas vivas lo que se te viene en mente
Cuando te das cuenta que no existen las “faltas de ortografía” porque la ortografía no existe en sí misma y en caso que la invente quien la invente ¡bienvenido! Yo me voy con el gusano, te obsequio la manzana
Cuando te das cuenta del sonido
Cuando te das cuenta de lo saludable que el silencio hace a la comunicación, a la escucha, el arte de la reflexión.  Xolotl! Xolotl! Dios perro sigue protegiendo al Sol cuando viaja a través del inframundo durante la noche

para el agua

Cuando el shampoo arde en mis ojos, el agua calma calma y calma como cascote haciéndose el sapito.
Lentamente, en mi cuerpo, en el espejo, en la cortina, luce aquél preciso instante;
Pequeño instante, continuo. Continuo y cabal instante. (Completo, preciso)
Respiración y rocío. Sus piernas patean el jabón y tienen el color de la luna cuando ésta se esconde detrás de la buhardilla de besos escalonados.
¡Miles de gotas mojando mi aliento!
Pienso en el sabor de mis lágrimas y en mi roña que se va así como así en semicírculos remolinos de cristal. Imagino una sonrisa dibujada en un papel cualquiera acompañando el trayecto, hacia el centro de la tierra o la panza de algún sediento perro. Me gustaría que así sea. Que haya un camino entre mí y lo que mí no ve por torpe….
Aliento, instante, gotas, tiempo…. Único… todos en continuos únicos instantes.
Fantástico...
Fantástica relación entre calma y desesperación
 A veces somos eso…
Otras, el atardecer en los cuerpos, el otoño, la noche y lo que conocemos y nada más. Nada y nada más. La Nada misma; en donde nos iniciamos en movimientos. Habíamos nacido en sapos y flores, tordos y montes pero aún no lo sabíamos... pienso en la nada que me tocó o en las que me tocaron y una sensación extraña recorre musicalmente mi cuerpo: de adentro hacia afuera quiero decir. Del río al puente.
Agua ¡sos tan clara!
¡Con tanto humo en el rodeo! ¡Tanto petróleo de gente!
Y vos así como así: como si nada
Seguís tan bailarina
Por calles acuáticas.
Tan de los peces como mía en la profundidad.
Lluvia de los barrios,
Incoloro azul
De nariz a raíz.
Basta de gilada che y servime un vaso más Chino que la cerveza se calienta, se echa a perder. Cambia esa cara que está cara la cebolla pero no es para tanto Gringo hijoputa o ya te olvidaste cómo vinieron tus abuelos… yo ni me quiero acordar, los míos eran de acá no más y la pelearon fuleros para que yo ahora brinde por ellos. Esa es la justa injusticia que nos conmueve… ¿y ese traje, de dónde lo sacaste?
Ma que traje ni que traje sino traigo nada. Ilusión, ilusión, ilusión Negro. A mis abuelos no los conocí, que te quede claro que vengo de un repollo y los gusanos se van a cagar de hambre conmigo como yo en este país. ¿Quién sos mi espejo que me hablas así? Empecé a ir a la iglesia y ahora estoy confundido, ¡todo es pecado! Quiero un trago fuerte para darle a la cabeza. ¡Cómo te lo meten a Dios! ¡Y ahora quién me lo saca!
Me caí de la silla, ¿estaba durmiendo? Sí, soñaba algo confuso, no recuerdo.
Otro vaso, Chino.
Sentate, no hace falta que cuides tus bolsillos. Aquí la gente no roba, sólo tienen cara de…
--¿Cómo estás flaca?
-Volaban las moscas y el viejo oriundo del bar de juventud y ojos bélicos pedía cigarrillos y fumaba como un animal y se comía las colillas y se reía como un loco-.
--Sentate, está libre.
--¿Qué tomas?
--Cerveza.
--Pedí una para mí Negro, después te la pago en tu casa… me voy del país. Mañana salgo en un cóndor blanco del tamaño de un barco. Estoy cagada acá, por eso me voy… me vine a despedir de vos. ¿Qué me decís?
¿Estabas durmiendo? Si, soñaba que nadaba en una pileta azul llena de tallarines con salsa roja, no tenía hambre, sólo nadaba en ellos como un niño…
--Está bueno, yo que te voy a decir. ¿Qué te voy a extrañar? No, muy trivial. Te va a ir bien porque te diste cuenta que te cagues donde te cagues siempre te podes ir a cagar a otro lado. Te diste cuenta de eso flaca, no? De una manera u otra somos abono para la tierra, yo acá vos allá, no importa el lugar importan las flores.
--Soy bruja y me estoy por convertir en monja si no tengo sexo antes de las 12. Una monja asesina. ¿Vamos?
--¿A dónde flaca? Estoy borracho..
-Sus piernas me volaban la peluca dejándome calvo y sucio. Quería comerla como a un pollo, a una rana verde y pegajosa. Y ella también así lo quería, se le notaba en sus ojos de japonesa…-.
--A tu casa…
--No se puede. Hoy no. Perdí las llaves y no tengo plata para llamar a un cerrajero… me la chupé. ¡Me chupé las llaves y ahora no me queda más que seguir chupando con la esperanza de vomitarlas y al fin volver como un escarabajo con cuidado de los autos al lechito que me aguarda calentito! Y vos me vas a acompañar sino se te va el tren, claro…
--¿Por la ventana…?
--Estás loca flaca, Sólo se abren de adentro del cuarto. No te acordás? Además encontré un piano la semana de carnaval en el callejón que en este momento las cubre. La pieza es chica y era en el único lugar que entraba. Lo quiero arreglar y después ver si aprendo a tocarlo o me lo quedo por compañía. Es como el del maestro Alonso, del mismo color.
--La tiramos abajo, a la puerta, claro, yo te puede ayudar a patadas.
Cuanto quisiera que me ayudes a abrir la puerta de mi casa para comerte entre las sabanas amarillas que me acarician la noche…
(Terminamos en el parque del centro de la ciudad rodeada de borrachos y mucho pis. En un pedacito de pasto nos rompimos el alma. Carne con carne. Dos muertos ensangrentados de placer y vomito.)
-Flaca, que bella noche. Que lindas piernas. Andarás por Asia ahora. Por la India ya… nunca exististe…

Ándate a la puta que te pario rengo de mierda.
Corre la bosta esa que no paso….

Hola Chino, una fresca.
ANTISEMITISMO AZUL,
ANTISEMITISMO DE HIELO,
ANTISEMITISMO IGNORANTE ABASALLANTE Y CRUEL.
LA IGNORANCIA ES CRUEL Y NOS HACE DISTANTES,
LA JUSTICIA ES AZUL Y AUTORITARIA, SIEMPRE QUE SEA IGNORANTE,
SIEMPRE QUE NO SEA JUSTICIA/ANTI-SEMITISTA.
IGNORANTE ES EL QUE NO SABE Y ACTÚA DE AZUL
EN SU ANTISEMITISMO CONSTANTE/DE-FORMANTE
¡LOS AMANTES SALVARAN EL MUNDO!
SIEMPRE Y CUANDO EL PARADIGMA, SEA AMOR
SEA CONSTANTE
SEA POESÍA
SEA AMANTE,
FLOTE EN VERSO COMO VIENTO
PÁJARO QUE YERRA
ESTRELLA ERRANTE.
ANTISEMITISMO NO TE QUIERO HOY EN MI MESA.
ANTISEMITISMO NO TE QUIERO HOY EN MI HISTORIA.
¡VA HA SER LA PRIMERA Y ÚLTIMA VEZ QUE TE ESCRIBA EN NOMBRE!
SE QUE ESTUVISTE AHÍ AVASALLANDO A MIS HERMANOS Y QUITANDOLES EL NOMBRE.
TE ESCRIBO PARA LUEGO QUEMARTE Y ROMPER LA CONNOTACIÓN QUE TE VISTE DE AZUL. CONNOTACIÓN INFLAMANTE.
SEGUIRÉ GRITANDO TU NOMBRE SI RESISTES, DE ESO NO DUDO UN INSTANTE.
SEGUIRÉ DE PIE JUNTO A MIS VERSOS Y LOS ÁRBOLES
SEGUIREMOS RESISTIENDO COMO ELEFANTES /EN LA TELA/
COMO LA ARAÑA EN LA MADERA,
COMO EL CARDÓN EN EL DESIERTO,
COMO LAS VOZ DEL NIÑO EN EL BRILLO DE LOS OJOS
COMO LOS CUENTOS DE LA LUNA
COMO LAS HADAS
COMO LO QUE SOMOS
ANTI VOS.

ANTI-VOS.

el 9 (())


La poesía de un pueblo de todo un pueblo con sus niños y mujeres su circo coloreando el otoño de los trabajadores los caminos de tierra y el pasto los campos la leche el queso los abuelos los poetas físicos y músicos y soñadores del pueblo la poesía hoy se viste de azul vistiendo de azul al pueblo camuflándose en una noche tibia por el calor de los cuerpos que la hamacan los perros le ladran con voz ronca a las estrellas que se desparraman en el viento como brillantinas en jardín de infantes la tinta de algún enamorado en esta noche de cuerpos violetas cae como las hojas contando penas sueños y tiempos dorados una bicicleta suena en el pueblo a destartalado vuelo carrusel inestable y hermoso un abrazo llega a los huesos más profundos los huesos del alma un beso duerme en silencio los grillos despiertan al beso y se enciende un farolito entre dos callejuelas de tierra que jamás se cruzaran en el pueblo muchas hormigas trabajan bajo las telas de la luna cargando granos de maíz como miguitas de sol y miel formando renglones en el pino de la plaza donde el libertador ya inmóvil en la tinta como en su caballo hizo suya prestándole el nombre y la espada un bostezo un grito un sorbo de mate un saludo un cuento que llega a su última página una puerta de hierro que se abre dejando entrar al viento y a las moscas al rocío y a los gatos un viento cálido como caricia de abuela y de madre hace vibrar las campanitas de bienvenida un llamador de ángel unas cuantas sonrisas y por fin llegamos miradas de un día largo estamos cansados el perro ya no ladra ronca y apenas se mueve en el piso fresco de la casa que nos da el techo en pleno tango ardor y amor de un trago estiramos los músculos de las piernas y los brazos la flauta de pan del afilador se aleja con la tarde en agudos y graves los pensamientos ya son barcos de papel me queda la idea del mar tocando la arena de los corales que alguna vez toqué música de gaviotas salvaje y natural cuerpos como almas y el chin de las copas cerramos los ojos hasta mañana cascadas nubes la aurora el ocaso el naranja del buen día el gris del asfalto tocando talones y el canillita de voz y brazos flacos cantando lo nuevo lo que hay que saber en el día de hoy lo que unos pocos escribieron con la luna con el afán de que muchos los lean en el café y se detengan por un instante a meditar las palabras que de pucho en pucho eligieron con algún criterio cada una y de entre tantas que el de la media luna y café amargo nunca leyó y en el apuro de hacer se olvidó de ser y cuántos verbos vocales y consonantes en la hoguera del reloj prendiendo chispas y asados familiares que ya se siente el olor mira se ve el humo… allá… allá está el pueblo y su epopeya, allá va y viene moviéndose entre las hojas.