miércoles, 15 de agosto de 2012

Tenemos cuerda para rato


Como las lunas cuando flotan en los ojos de los gatos más mimosos
Como cuando los gatos parecen enamorarse de la luna
Como los grillos cuando cantan en las noches más relentes
Como cuando las noches parecen ser de teatro
Como cuando solo elegimos ser
Como las rosas cuando se secan, secando al rincón del huerto  
Como las rosas cuando florecen llenando de vida las distancias
Como las llamas cuando se avivan amaneciendo al viento de la mañana
Como el viento nuevo de cada mañana buscando su fuego nuevo
Como el día más largo del mundo
Como el día más corto del mundo
Como la torre más alta del mundo
Como el verso más triste y rico del mundo
Como los besos, que en el cielo, tienen cuerda para rato.

Cargando


En una plaza donde las hojas caen como el atardecer en las playas del Perú;
                en un pedazo de tierra compartido con los caracoles y las piñas;
       en un vientito suave como las plumas de las palomas de Pehuajó.
En una bicicleta despintada por los desatados gritos de los aires y abrazos de los cielos.
Entre encantos de miradas y pobrezas de pan.
Entre marcos y oleos.
Entre acrílicos y versos.
Hoy te encontré así, cuerpo.
Cargando mis días como esa hormiga que carga ramitas del doble de su tamaño.  
                   /Cargando su cuerpo/
Deslizando sus patitas cansadas, vibrando.
       /Cargando su cuerpo/
Vibrando al igual del solfeo de mis pies en el suelo.
/Cargando mi cuerpo/

Relojes del Sol


Hoy el cielo está en el agua
un ángel pasó corriendo en contramano
las luces me encandilan.
Hoy mis ojos se estrellan en el sur
el sueño vino en cataratas
mis brazos caen como todo lo que cae.
Hoy me duermo en los rincones
bajo el sol
en cualquiera de los lados de un cuadrado
con los pies en el río
o
colgados de un árbol,
porque ayer bailé con ella
sin pausas ni silencios
esos rock and rolles
que amanecen con los pájaros.
Hoy me duelen los pies
-perdí esa costumbre de luna-caravana-
tal vez a ella le duelan más
-bailaba descalza-
Hoy voy a dormir desprolijo
y soñar con almohadones
hasta despertarme en algún viento 
que me vuelva 
respiro de un día nuevo...

Tiempo de rocío


Abrí las puertas de madera
Y observé como el sol
Secaba el rocío
De aquella mañana azul…
Agüita de invierno
Que flotaba y se iba
A su ritmo y al del sol
Por caminos incoloros
De vientos invisibles…
Nublando mis ojos
Que todavía le pertenecían
Al sueño
Como acariciando
O peinando
El cuerpo que yo más quiero
Se movían en silencio
En un magnifico silencio.
Algunas eran del tamaño
De una uva
Otras podrían caber
En la panza de una hormiga…
Pequeñas gotas
Como arañitas
Rozaron lo frágil y bañaron las calles
Transitadas
Por húmedos peatones
Que parecía no molestarles
Los besos del tiempo.