miércoles, 26 de octubre de 2011

El árbol, el río, el hombre (Julio Cortazar-Atahualpa Yupanqui)

Al árbol ya cortado no lo claves en tierra porque su copa seca no engañara a los pájaros.
Al río que discurre no le levantes diques porque en el aire libre cabalgaran las nubes.
Al hombre desterrado no le hables de su casa, la verdadera patria cara la está pagando.
El árbol ya cortado, el río que discurre y el hombre desterrado caro lo están pagando.
Yo me he creado a puro campo: rancho, rebaño, maizal. Con noches de historias viejas y mañanas de cristal. Bajo un cielo de gaviotas vi a mi padre trabajar, no se si sembraba coplas por el modo de cantar. Un día yo vi un camino y me puse a caminar y anduve, anduve y anduve mezclando dicha y pesar, después de muchos trabajos en un mundo fui a parar, un mundo de extraño nombre: se llamaba soledad.
Angustias, ingratitudes, no me podrán lastimar mientras viva en ese mundo que se llama soledad.
Solo podría cambiarlo pero es imposible ya, por una noche de cuentos y una aureola de cristal.
Solo podría cambiarlo pero es imposible ya, ni mi madre está en el patio, ni mi padre en el maizal.
Al hombre desterrado no le hables de su casa, la verdadera patria caro la está pagando.

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