martes, 28 de febrero de 2012

ASí



Así, un día, nos fuimos
en una cama de verano
-colchón en tierra
y luz en sol-
Los dos guindados
del grillo vagabundo
que entonaba el tango sucio
de tiempos de patio en el barro y pies en la cabeza.
Nos descubrimos en el faro,
en aquel faro…
Detrás de las rocas oxidadas,
donde sólo sonaba una imaginación de vientos pintados en violetas y buenos platos de tomates.
Rezamos con vos de pájaro
y volamos sobre el agua verde.
(como la golondrina de nuestra infancia en aquella tarde de estío)
Crecimos siendo niños y
prometimos no olvidarlo con las nuevas cosechas.
Así, un día, nos inventamos y trajimos de los pelos
cada vez que un viejo roble parecía querer
aplastarnos
debajo de cualquier techo atardecer.
Tocamos la lengua de los sapos, peinamos el pasto,
comimos frutas y bebimos vino de campo.
Embarramos nuestros cuerpos y gritamos con el eco
una, una y otra vez.
Así, un día, nos hicimos
con ojos de artesanos
en fósiles avolcanados
y siestas de los valles
con los sueños más tranquilos.
Así, un día, volveremos…
cargados en hombros de latas mapas y mochilas
pisando lento
sino fuerte
con los ojos en el fuego de luchitos
y los abrazos de montaña…

-soplo puro y nuestro-.

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