jueves, 10 de abril de 2014

Es la tarde

Es la tarde,
Y en ella estoy….
Dormito en palabras agridulces
Recorro el barro en soledad
Pienso
Juego a detener las ideas enruladas en el tiempo,
Y como un mago de plaza las detengo y las vuelvo paloma
Me desarmo.
Evito no correr, evitar me da asco y corro
Y corro hasta sentir el vuelo
Alas del color de la luna
Amo el paisaje, amos mis manos y el camino.
En él, encuentro una nube gris que me detiene en el instante. Camino hacia ella y la observo detenidamente, nada me importa ya, sólo quiero mirarla y saber qué es, quién es y por qué está ahi, así.  Es mi alma. ¿Eres alma, mi alma mía? Sí, soy tu alma por eso me ves, sólo vos podes verme y reconocer mi olor que te pertenece...
La vi desecha, sucia, como moribunda, estropeada y triste, muy triste recostada al costadito del pasaje. Como abandonada:
La levanto y le ofrezco chocolate caliente y pan
La lavo con un paño de agua tibia y le digo: dale, te doy este cuerpo y todo lo tengo para que seas lo que quieras ser. Vas a ser libre en mí como en los viejos tiempos, hasta quizás algún día me puedas contar de dónde venimos y como éramos. Cómo era todo…
Y le susurro una canción cualquiera que ella conocía y silbó…
Como peces, mis piernas  comenzaron a brillar y mis ojos se fueron con el humo del silencio.
Me pregunto: ¿qué habrá en la isla? ¿qué es lo que no puedo entender?
El agua me responde a su manera: en reflejos ebrios y mojados
A su vez los árboles me visten en sombra y entiendo que nada de preguntas, solo cerrar los ojos y ya está bien…. El viento masajea mis hombros.
Soñando…
En versos,
Dormitando…como un niño, un hombre
Me despierto a su lado.

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