lunes, 21 de octubre de 2013

Siempre fui un inseguro de mierda.
Siempre. 
Siempre. 
Desde que me recuerdo..
Nací así o no, lo heredé o no, sí o no blanco o negro sea como sea la formula el resultado no cambia: inseguridad ilimitada. Inseguridad plena. Un wifi de inseguridad. 
Pero me canse! Ya está, ya estoy lleno, gracias gracias pero prefiero esperar el postre, le guardo un lugarcito al helado muy rico todo, gracias, sobre todo el zucchini, estaba delicioso. Cuánto más mami cuánto más? No sé, todo lo que vos quieras, cuanto quieras es tuyo es tuyo es tuyo... Soy tuya papi toda tuya.. Basta! NO QUIERO MÁS!  
Se me viene a la cabeza Mariano Pelufo, no sé porqué (ojala no haya uno) pero pienso en el.. Creo que es el boludo mas zarpado que puede haber sobre esta tierra. Mucho más coludo que Marley que de boludo no tiene nada según mi abuela que lo ama y lo idealiza y hasta tiene una foto suya en la mesita de luz y le pide le reza le prende velas le pide trabajo para mí. Como mi abuela no ve un choto yo pensé que se había confundido de foto que habría querido recortar de una revista la imagen del gaucho gil o de algun otro santo de por ahí esos que realmente hacen milagros trabajan de eso dedican todo su tiempo a cumplir deseos a alimentar la fe de los creyentes seguramente hasta habrán hecho un curso de verano para llegar a donde están. Entonces le digo: abuela me parece que te confundiste de foto, lo tenes a Marley (el de la tele) en tu mesita de luz. Me contesta: no le digas Marley, se llama Alejandro y el te va a conseguir trabajo, anda y agradécele. Me da una vela prendida para que se la lleve a marley.  Estoy curado de espanto por suerte. De cualquier espanto, sea de la índole que sea. Vengo de cuna de madera y familia de plástico. Y combinan bien he, no creas que no. La madera y el plástico ayudándolos con un poco de buen gusto se llevan bien. Paciencia nada más. Hay que pensar usar la cabeza y transformar. "Calmao calmao.." Me decía un amigo uruguayo cuando yo a veces por torpeza a veces por ansiedad a veces por curioso a veces por hambre desbarrancaba en la cuneta de plástico. Esa cuneta que está ahí, que nos rodea, nos llama la atención, nos gusta, nos da gana de vomitar de volar bien alto y que se yo. Acá entran: el equilibro y los ojos abiertos  un fuerte aplauso para ellos. Muy fuerte ese aplauso por favor. Las palabras del uruguayo que era una sola repetida dos veces me volvía a la cuna de madera. A la tierra. Salía del plástico y volvía a la madera. Él siempre estaba en la madera ya había aprendido tenia una familia de madera una casa de madera un fuego de madera que calentaba nuestros cuerpos de madera, nuestras manos de madera, nuestros pelos de madera.
Me volví de Uruguay con un aura tal que solo me faltaba un poco de barniz al agua color nogal si me dan a elegir para que todo siga siendo hermoso delante de mis ojos de madera.  
Pero lo lindo dura poco, yo vengo de esa villa. Que haces Mario? Cómo estas? Todo mal pibe, la semana que viene nos tenemos que ir. Nos desalojan. Apareció un tal figurita que dice ser el dueño del terreno.
Mario se había construido una linda casita.. La hija de Mario era hermosa una pendeja encantadora, trabajaba y estudiaba y me miraba siempre con esos ojitos que brillaban como polvo de estrella, siempre me miraba, no importaba donde yo pudiera estar ella siempre me encontraba con su mirada. Pero jamás me acerque a hablarle porque desde que me recuerdo fui un inseguro de mierda.
Siempre. 
Siempre. 

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